Consejos y cuidados para protegernos del sol

Consejos y cuidados para protegernos del sol

La primavera y el verano son las estaciones del año en la que la radiación solar nos llega con toda su energía, y son las épocas más apetecibles para salir a pasear o salir a darnos un baño en los días más intensos de calor.

Ciertamente necesitamos la beneficiosa y necesaria energía del sol para nuestro organismo porque estimula la síntesis de la vitamina D, favorece la circulación sanguínea y nos hace sentir mejor y más alegres, pero una sobreexposición tiene efectos nocivos sobre la piel a corto y largo plazo. La piel tiene memoria.

¡¡La protección solar es muy importante para toda la familia!!

En bebés y niños es una necesidad absoluta, su piel es más delicada y especialmente propensa a quemarse. Espíritus libres que sólo piensan en jugar durante horas y horas en el parque, el campo, la piscina o la playa. Es imprescindible, protegerles de manera segura y saludable mientras disfrutan del sol.

Los niños siempre deben usar fotoprotectores específicamente formulados para ellos, con filtros físicos minerales, pero no deberíamos exponerlos a la acción directa de los rayos solares o en forma prolongada durante más de 10 minutos. Con unos minutos de paseo es suficiente para que sinteticen la vitamina D que necesitan sus huesos.

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¿Qué es un filtro solar químico y qué es un filtro solar físico?

Los filtros solares químicos penetran en la piel, y funcionan absorbiendo la energía UV y convirtiéndola en calor. Los filtros solares físicos funcionan como un espejo, reflejando la radiación del sol lejos de la piel.

Un protector solar mineral (físico) combina dióxido de titanio y óxido de zinc. Un protector químico combina ingredientes como oxybenzone, octinoxate/ethylhexyl methoxycinnamate, homosalate, octisalate o octocrylene.

Los filtros físicos por su efecto pantalla son los adecuados para aquellas personas que tienen la piel sensible o con tendencia a la dermatitis.

 

¿Qué es el SPF y cómo funciona?

SPF significa Factor de Protección Solar, e indica el tiempo durante el cual la piel está protegida contra el sol.

La piel comienza a quemarse, de promedio, después de 5 a 10 minutos al sol sin ningún filtro solar. La protección solar SPF 30, por ejemplo, amplia ese tiempo durante 5 minutos x 30 (150 minutos) antes de comenzar a quemar.

Hay que tener en cuenta que hay factores importantes a determinar que nos afectarán a nivel de protección, como son: el tipo de piel, la ubicación, la época del año, nadar, sudar excesivamente o cómo se haya aplicado el fotoprotector.

Tenemos que saber que el SPF sólo garantiza el tiempo de efectividad de la crema o loción frente al sol, no la cantidad de tiempo que puede permanecer la piel expuesta.

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Así pues , desde Tetatet os recomendamos:

Los bebés menores de 6 meses no deben exponerse al sol, su piel es muy sensible e inmadura, sin capacidad de defensa frente al sol.

– Debemos protegerles con ropa adecuada, la cabeza con un sombrero de ala ancha y los ojos con gafas de sol que bloqueen los rayos UVA y UVB. Extremar las precauciones en las partes más sensibles al sol: cara, cuello, cabeza, hombros, escote, orejas, manos y empeines.

– La mejor hora para bajar con los niños a la playa es a primera hora de la mañana o por la tarde cuando ya ha bajado el sol. Hay que evitar la exposición entre las 12h -16h. la intensidad de radiación solar es máxima.

– En la sombra o bajo una sombrilla también se ha de utilizar protección solar, sobre todo si alrededor hay superficies que reflejen la radiación (agua, arena, asfalto…).

Aplicar generosamente la crema solar hasta su completa absorción. Volver a aplicar al menos cada 2 horas y después de nadar, sudar o secarse.

– Los fotoprotectores también se deben utilizar incluso en días nublados, las radiaciones atraviesan en un 90% las nubes.

– Tener en cuenta que las radiaciones sobre la piel aumentan con el agua, la nieve (80%), la arena (25%) y la hierba (10%) porque las reflejan haciendo que se sumen sus efectos.

– El riesgo de quemaduras aumenta con la altitud, cada 300 m. de altura aumenta un 4% el poder eritemático de las radiaciones ultravioletas.

No utilizar protectores solares abiertos desde el año anterior, pierden eficacia.

– Las cremas y leches que contienen en su composición agentes hidratantes son los fotoprotectores más indicados para los bebés y los niños. Las soluciones alcohólicas que están presentes en algunas lociones y geles tienen un efecto secante que conviene evitar en la piel de los niños y, que en cambio es recomendable en pieles grasas o con tendencia al acné.

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